Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son un problema de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo. Hablar de ellas con claridad es el primer paso para prevenirlas, detectarlas a tiempo y tratarlas de forma eficaz.
En SUTURO Salud consideramos que conocer toda la información al respecto es muy importante para proteger tu bienestar y el de tus parejas sexuales.
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS), también llamadas infecciones de transmisión sexual, son infecciones causadas por bacterias, virus o parásitos que se contagian principalmente a través del contacto sexual. Esto incluye relaciones vaginales, anales u orales, así como el contacto cercano entre membranas mucosas o la piel.
Las ETS no tratadas correctamente pueden causar complicaciones graves, como dificultad para quedarse embarazada, dolor pélvico prolongado, embarazos fuera del lugar normal, mayor riesgo de adquirir y transmitir VIH, o en el caso de mujeres embarazadas, transmisión de la infección al bebé. Por lo que es imprescindible prestarle la suficiente atención.
Las enfermedades de transmisión sexual según el tipo de agente causante, se pueden clasificar en cuatro grandes grupos: bacterias, virus, parásitos y otros microorganismos.
Las ETS bacterianas tienen buen pronóstico con diagnóstico precoz, pero pueden causar complicaciones graves si se cronifican.
Las ETS víricas pueden permanecer latentes durante años. La vacunación (como en el caso del VPH o la hepatitis B) y el uso de preservativo son claves en su prevención.
Las ETS parasitarias son menos frecuentes pero muy contagiosas. Su tratamiento es tópico o farmacológico, y debe incluir a las parejas sexuales.
Estas infecciones suelen estar ligadas a desequilibrios del entorno genital y requieren diagnóstico médico para evitar recurrencias.
A nivel mundial, las infecciones de transmisión sexual más frecuentes son la clamidia, gonorrea, sífilis, tricomoniasis, herpes genital, virus del papiloma humano (VPH) e VIH. Estas infecciones afectan principalmente a personas menores de 25 años y a grupos de mayor riesgo.
En España, la clamidia y la gonorrea presentan las tasas más altas y han aumentado significativamente en los últimos años, especialmente entre mujeres jóvenes y hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. La sífilis también ha incrementado su incidencia, afectando principalmente a varones adultos jóvenes. El herpes genital y el VPH son muy prevalentes, aunque su notificación es menos sistemática.
La mayoría de los casos se concentran en personas menores de 35 años, con un aumento especial en adolescentes y adultos jóvenes. Es importante destacar que muchas de estas infecciones pueden no presentar síntomas, lo que facilita su transmisión y retrasa el diagnóstico.
Las enfermedades de transmisión sexual se contagian principalmente mediante el contacto sexual sin protección con una persona infectada. La transmisión ocurre a través del intercambio de fluidos genitales, sangre o contacto directo con mucosas o lesiones cutáneas infectadas. El sexo vaginal, anal y oral son vías relevantes para la transmisión de clamidia, gonorrea, sífilis, herpes genital y VPH. El uso inconsistente de preservativo aumenta significativamente el riesgo de infección.
Tener parejas sexuales ocasionales, múltiples parejas o prácticas sexuales sin protección son factores que aumentan la probabilidad de contagio.
Un punto crucial es que el contacto con mucosas infectadas es suficiente para transmitir la infección, incluso si la persona no presenta síntomas visibles.
El diagnóstico de las enfermedades de transmisión sexual se realiza mediante pruebas de laboratorio específicas para cada infección. Sólo de esta forma podrás saber si tienes una ETS o no. Las pruebas diagnósticas más comunes son las siguientes:
La elección del tipo de prueba depende de la infección específica, el lugar donde pudo ocurrir la exposición y si hay síntomas presentes. El cribado regular, especialmente en jóvenes y grupos de mayor riesgo, es fundamental para detectar estas infecciones de forma precoz.
Con respecto a los síntomas, es importante saber que muchas enfermedades de transmisión sexual se presentan asintomáticas, especialmente en sus fases iniciales. Esto significa que una persona puede estar infectada sin saberlo y transmitir la enfermedad a otras personas. A continuación, vamos a detallarte los síntomas más comunes que pueden aparecer según el tipo de infección:
La alta frecuencia de infecciones sin síntomas subraya la importancia de realizarse pruebas regularmente si ha tenido relaciones sexuales sin protección, incluso aunque te sientas perfectamente bien.
El tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual depende del tipo de infección y debe ser prescrito por un profesional médico. En este sentido, es importante seguir el tratamiento completo tal como se indique, incluso aunque los síntomas hayan desaparecido antes de terminarlo. Los tratamientos más habituales son:
Es imprescindible que todas las parejas sexuales de la persona diagnosticada también se hagan pruebas y reciban tratamiento si es necesario, así podremos evitar reinfecciones. Además, debe evitarse el contacto sexual durante el tratamiento hasta que se confirme la curación.
Así pues, como te hemos adelantado con anterioridad, la prevención y detección oportuna son fundamentales. Por lo que siempre recomendamos a nuestros pacientes utilizar métodos de barrera como el preservativo. Además, también es muy adecuado realizarse pruebas de detección regular y consultar con un profesional cualificado si consideras que has tenido exposición a una ETS.
En resumen, conocer las enfermedades de transmisión sexual, sus causas y sus tratamientos no solo ayuda a prevenir complicaciones, sino también a tomar decisiones informadas sobre tu salud íntima. Si presentas síntomas o has tenido una exposición de riesgo, acudir a un especialista en urología puede marcar la diferencia. En SUTURO, contamos con un equipo médico altamente cualificado y tecnología avanzada para ofrecerte un diagnóstico preciso y un tratamiento personalizado. La salud sexual también es salud integral: cuídala con información, prevención y atención profesional.