¿Qué es el cáncer de riñón, cuáles son sus causas y los tratamientos existentes?

El cáncer de riñón es una enfermedad que, en muchos casos, no presenta síntomas en sus fases iniciales. Por ello, su prevención es complicada. Sin embargo, adoptar hábitos saludables puede reducir significativamente el riesgo de desarrollarlo.

En SUTURO queremos abordar esta patología para que la conozcas en profundidad. Te mostramos todos los detalles al respecto para que sepas cómo actuar si te detectan un cáncer de riñón. 

¿Qué es el cáncer de riñón?

El cáncer de riñón es la lesión sólida más frecuente en el riñón y representa el 90-95% de todos los tumores renales malignos. Sin embargo, debes tener en cuenta que los tumores renales constituyen un grupo heterogéneo de neoplasias benignas y malignas. Por lo que hay que prestar especial atención a este hecho. 

Tipos de tumores renales

Dentro de los tipos de tumores renales podemos hablar de los quistes renales y de los tumores renales benignos. Esta la información que debes conocer al respecto. 

Quistes renales

Los quistes renales son cavidades redondeadas que están compuestas por líquido. La mayoría de ellos son quistes renales simples, son benignos y no se suelen asociar a complicaciones. No producen síntomas, muy raramente si aumentan mucho de tamaño por compresión pueden producir dolor leve, pero generalmente no necesitan tratamiento. Como dato, se estima que aproximadamente el 30-35% de la población tiene un quiste renal simple. Sin embargo, existen quistes llamados “complejos” que sí pueden comportar riesgo de presentar evolución o ser ya verdaderos tumores renales malignos. Para la evaluación de las lesiones renales quísticas, se establece la clasificación de Bosniak con 5 categorías en función del riesgo de tratarse de verdaderos tumores:

  • Quistes Bosniak I y II: consisten en quistes simples o no complicados. Estos tienen características benignas y la gran mayoría no precisa seguimiento.
  • Quistes Bosniak IIF: quistes mínimamente complicados con tabiques muy finos, pudiéndose observar un realce mínimo de contraste. Suelen presentar unos bordes bien definidos. Sin embargo, estos sí precisan seguimiento, ya que algunos pueden progresar a tumores.
  • Quistes Bosniak III: estas son lesiones heterogéneas que presentan paredes o tabiques irregulares engrosados en los que puede observarse realce con el contraste. En más de un 50% de las lesiones son malignos. Dependiendo de las características del quiste vamos a realizar seguimiento o cirugía. Si hay que realizar cirugía, lo más adecuado es extirpar el quiste y conservar el riñón.
  • Quistes Bosniak IV: estos son unos quistes con componente sólido y que representan una lesión maligna en el 100% de los casos. Si se encuentra dentro de esta categoría, siempre vamos a recomendar la realización de cirugía.

Tumores renales benignos

Estos son tumores de comportamiento benigno que pueden originarse a partir del propio riñón o de sus envolturas. Representan entorno al 20% de los tumores renales. Es difícil diferenciarlos de los tumores malignos en los estudios de imagen, por lo que habitualmente es necesaria la cirugía para descartar que no se trate de un verdadero carcinoma renal. Dentro de este tipo de tumores se pueden diferenciar los siguientes: 

  • Angiomiolipoma: es la lesión benigna más frecuente, está compuesto fundamentalmente por vasos, grasa y tejido muscular. Su crecimiento puede ser hormono-dependiente, debido a ello se suele presentar más frecuentemente en mujeres de edad media. La manifestación clínica más temida es la hemorragia que puede producirse en angiomiolipomas de gran tamaño. El diagnóstico se realiza de casualidad con pruebas de imagen. El tener unos criterios radiológicos muy claros es posible distinguirlos con facilidad de otras masas renales. En los angiomiolipomas menores a 4 - 5 centímetros se realiza seguimiento, mientras que en los que son mayores o presentan síntomas se realiza nefrectomía (normalmente parcial) para evitar el riesgo de rotura espontánea.
  • Oncocitoma: esta representa el 3-7 % de las masas renales sólidas. No dan síntomas y se diagnostica de casualidad al realizar una prueba de imagen por otro motivo. Hasta un tercio de estos tumores pueden presentar dentro de la misma lesión un oncocitoma y un carcinoma renal. Aunque hay características radiológicas que permiten sospecharlo, no se posible descartar definitivamente que se trate de un carcinoma por lo que requieren cirugía para analizarlo y descartar definitivamente la presencia de un carcinoma. El pronóstico es muy bueno.
Además de los mencionados con anterioridad, existen otros tumores benignos que son menos frecuentes, como el Adenoma renal cortical, Adenoma metanéfrico, Nefroma quístico multiloculado y los Leiomiomas renales.

Cáncer de riñón: síntomas​

En SUTURO siempre orientamos a nuestros pacientes para que puedan detectar los síntomas del cáncer de riñón, así como de otras enfermedades. En ocasiones, estos son un aliado para que te pongas en manos de profesionales. Algunos de los síntomas más frecuentes son la hematuria, dolor en fosa renal y masa abdominal palpable. No obstante, estos son más habituales en las fases más avanzadas de la enfermedad. 

Existen otros síntomas que no son tan comunes, como el dolor óseo, tos crónica, hipertensión arterial, pérdida de peso, fiebre, anemia, entre otros. 

Cáncer de riñón: síntomas iniciales​

Lamentándolo mucho, inicialmente el cáncer de riñón no suele presentar síntomas, siendo la mayoría de los pacientes asintomáticos hasta fases avanzadas de la enfermedad. Esto provoca que en más del 50% de los casos se realice un diagnóstico de forma incidental tras la realización de pruebas de imagen por otro motivo.

Causas del cáncer de riñón​

Las causas del cáncer de riñón no son algo que estén limitadas con certezas. Esto es así porque en la mayoría de los casos no existe una única causa definida. Sin embargo, sí se han identificado factores que aumentan el riesgo de desarrollarlo.

Factores de riesgo del cáncer de riñón​

Los factores de riesgo del cáncer de riñón que debes conocer son:

  • Tabaquismo. 
  • Exposición a sustancias químicas. 
  • Obesidad. 
  • Hipertensión arterial. 

Además de los factores de riesgo mencionados, existen otros como enfermedades genéticas hereditarias, antecedentes familiares, uso prolongado de analgésicos o una insuficiencia renal crónica y diálisis de larga duración.

¿Cómo prevenir el cáncer de riñón?​

La prevención es algo que preocupa a nuestros pacientes, en SUTURO siempre les indicamos que aunque no siempre es posible prevenir esta enfermedad, sí se pueden seguir una serie de hábitos saludables que pueden reducir las probabilidades de desarrollarlo. 

Algunos de esos hábitos tienen que ver con evitar fumar, mantener un peso saludable o evitar la exposición a sustancias tóxicas. Sin lugar a dudas, evitar el tabaco es la más importante, ya que según numerosos estudios el tabaco está implicado en el 30% de los casos de cáncer renal.

¿Cómo se diagnostica el cáncer de riñón?

Para diagnosticar el cáncer de riñón en nuestra clínica contamos con una serie de pruebas que pueden ser muy positivas para detectar esta enfermedad y para que pueda ser abordada de forma preventiva. Estas pruebas son las siguientes: 

  • Ecografía: la mayoría de los tumores renales se detectan mediante estudio ecográfico. En muchos casos la ecografía suele indicarse para estudio de otros problemas como molestias digestivas, ginecológicas… Aparece como una lesión sólida a diferencia de los quistes renales.
  • Tomografía axial computarizada (TC) toraco-abdomino-pélvico: prueba esencial tanto para confirmar el diagnóstico como la estadificación del tumor. Define el tamaño y localización, así como la posible invasión a otros órganos. Esencial a la hora de planificar el tratamiento quirúrgico, ya que nos permite establecer la probabilidad de poder extirpar el tumor y salvar el riñón.
  • RMN: tiene la ventaja de no tener que utilizar contraste, estando está prueba indicada en alérgicos al contraste y en pacientes con insuficiencia renal. Con ella, podemos valorar de forma adecuada la presencia de un posible trombo en la vena renal o cava.
  • Biopsia renal: indicada en pocas ocasiones, ya que tiene un alto porcentaje de falsos negativos. Por ello, se recomienda realizarla en pacientes seleccionados en los que se visualiza una masa renal pequeña para obtener histología antes de indicar vigilancia activa o tratamiento quirúrgico. La gran mayoría de los pacientes se diagnostican de cáncer renal tras hacer una prueba de imagen (ecografía o TC) por otra causa.

Antes de abordar los tratamientos disponibles, debes tener en cuenta que es imprescindible conocer en que fase se encuentra de la enfermedad para poder determinar cuál es el tratamiento más adecuado en cada caso y poder establecer el pronóstico.

El estadiaje del cáncer de riñón se basa en la clasificación TNM. La T nos indica el tamaño y la extensión del tumor, diferenciando entre tumores menores a 7 centímetros limitados al riñón (T1), mayores a 10 centímetros pero limitados al riñón (T2), si invaden la vena renal, la vena cava o el tejido perirrenal (T3) o si el tumor sobrepasa la fascia de Gerota (T4). Además, la clasificación también valora la afectación de los ganglios linfáticos (N) o si hay extensión en otras zonas del cuerpo (M).

Cáncer de riñón: tratamiento​s

El tratamiento de referencia a día de hoy siempre que sea posible debe de ser la nefrectomía parcial. Este es el que recomendamos a nuestros pacientes en SUTURO. En casos en los que no sea posible, se realiza una nefrectomía radical. Debes tener en cuenta que estos se pueden llevar a cabo de forma laparoscópica o robótica, siendo la segunda opción la técnica menos invasiva. 

En conclusión, prevenir el cáncer de riñón no siempre es posible, pero sí puedes reducir considerablemente el riesgo con decisiones conscientes sobre tu salud. Mantener un estilo de vida equilibrado y realizar revisiones médicas periódicas son pasos clave. Si tienes antecedentes familiares o factores de riesgo, en SUTURO estamos para cuidarte a tiempo. Contáctanos.