La hiperplasia benigna de próstata es una afección común en hombres a partir de los 50 años que puede afectar significativamente la calidad de vida. Aunque no se considera una causa directa de disfunción eréctil, muchos pacientes se preguntan si existe una relación entre el agrandamiento prostático y los problemas sexuales.
En SUTURO Salud consideramos que comprender este vínculo es imprescindible para abordar ambos aspectos de forma integral. Por lo que vamos a mostrarte toda la información al respecto del agrandamiento de la próstata.
La hiperplasia benigna de próstata (H.B.P.) es una agrandamiento de la próstata, benigno, producido por la influencia de la testosterona, cuya prevalencia aumenta con la edad. Dicho agrandamiento, puede comprimir la uretra causando dificultad miccional.
Podemos hacer diferentes clasificaciones de la hiperplasia prostática benigna. Las clasificaciones más extendidas son aquellas que atienden al tamaño de la próstata, a la gravedad de los síntomas y a la que se realiza después de un tacto rectal. Estos son los detalles que debes conocer al respecto.
Según el tamaño de la próstata, podemos hacer la siguiente clasificación:
Si atendemos a la gravedad de los síntomas, la clasificación sería la siguiente:
Por último, si realizamos una clasificación según el tacto rectal sería la siguiente:
Una de las principales causas de la hiperplasia benigna de próstata tiene que ver con la edad. Esta es una dolencia que se inicia en la quinta década de la vida y se incrementa con la edad hasta alcanzar una prevalencia del 88% en varones de más de 80 años.
La disminución en la potencia del chorro miccional, manifestación habitual de esta enfermedad, esta presente en el 25% de los hombres de 55 años, y aumenta hasta el 50% en varones de 75 años.
El desarrollo de los síntomas atribuibles a esta patología es debido, no sólo al agrandamiento de la glándula prostática que obstruye la salida de la orina, sino también a la respuesta que esta obstrucción genera en el músculo detrusor, responsable de la contracción vesical.
Es llamativo que no necesariamente haya una correlación entre el tamaño prostático y la severidad de los síntomas, pudiendo ocurrir que próstatas de pequeñas dimensiones causen elevadas molestias y próstatas de grandes dimensiones (>80cc) puedan incluso pasar desapercibidas. Dichos síntomas podríamos clasificarlos en tres grandes grupos:
Para diagnosticar correctamente la hiperplasia benigna de próstata (HBP), es clave una entrevista clínica dirigida y pruebas complementarias como la ecografía y el análisis de PSA. Una herramienta útil en consulta es el cuestionario IPSS, que evalúa la gravedad de los síntomas y clasifica al paciente en leve, moderado o severo. Además, en SUTURO siempre recomendamos realizar una analítica completa, análisis de orina y marcadores renales. Pruebas como la flujometría, que mide el flujo urinario, y la ecografía, que evalúa la anatomía prostática y el tracto urinario superior, permiten valorar la necesidad de cirugía y descartar otras patologías con síntomas similares.
El manejo de la hiperplasia benigna de próstata depende de la intensidad de los síntomas, el tamaño prostático y las expectativas del paciente. En casos leves, suele recomendarse vigilancia activa y cambios en el estilo de vida. Cuando los síntomas son moderados o severos, se opta por tratamientos farmacológicos o quirúrgicos.
Entre las opciones médicas destacan los alfabloqueantes, inhibidores de la 5-alfa reductasa, fitoterapia, inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 y otros fármacos sintomáticos. Las alternativas quirúrgicas van desde técnicas clásicas como la resección transuretral de próstata (RTUp) para próstatas menores de 80 cc, hasta opciones más avanzadas como la enucleación prostática con láser Holmium (HOLEP) y la adenomectomía robótica, indicadas en glándulas de mayor volumen.
HOLEP permite una extirpación completa del adenoma a través de la uretra, sin necesidad de incisión abdominal, con gran precisión, mínima hemorragia y menor estancia hospitalaria. También permite tratar cálculos o tumores vesicales durante la misma intervención. La adenomectomía robótica, realizada con el sistema Da Vinci, ofrece similares beneficios y se realiza mediante pequeñas incisiones abdominales.
Ambas técnicas mínimamente invasivas han demostrado mejores resultados a largo plazo, menor dolor postoperatorio y menores tasas de retratamiento. En SUTURO, estas intervenciones se realizan por cirujanos con amplia experiencia (>100 casos/año) y una tasa de reintervención inferior al 3 %, posicionando al centro como referencia en el tratamiento avanzado de la HBP.
Antes de terminar queremos ahondar en una de las cuestiones que más preocupa a nuestros pacientes, y es que aunque la hiperplasia benigna de próstata no causa directamente disfunción eréctil, sí puede influir en la función sexual de forma indirecta. La obstrucción urinaria, los síntomas irritativos (como la urgencia miccional) y la disminución de la calidad del sueño afectan el bienestar general y el rendimiento sexual. Además, algunos tratamientos farmacológicos para la HBP pueden reducir la libido o provocar disfunción eréctil, especialmente los inhibidores de la 5-alfa reductasa. Por otro lado, técnicas quirúrgicas modernas como HOLEP o la adenomectomía robótica han demostrado no afectar la función eréctil en la mayoría de los pacientes, según estudios a largo plazo.
En resumen, con un enfoque personalizado, es posible tratar los síntomas de la hiperplasia benigna de próstata sin comprometer la función sexual, entre otras cuestiones de interés. En SUTURO valoramos cada caso de forma global para ofrecer soluciones eficaces y respetuosas con la salud sexual masculina. Contáctanos.